Filosofía dentro - Kim Pérez

La Lógica estructura toda la Materia, la atrae hacia sus formas puras como su Ley, está por encima de la voluntad humana, que tiene que doblegarse ante ella, es eterna, no es material, es invisible, pero existe con la evidencia del mismo pensamiento racional que la cuestione, en el único argumento ontológico irrefutable; por tanto, la Lógica es Dios, Sentido de toda realidad.

martes, 8 de junio de 2010

Teodicea. Lo Absoluto no es bueno ni malo




Revisado 10 de junio de 2010


O la realidad, que es tan cruel, no tiene Creador bueno, o el Creador no es bueno. Lo primero, deja la crueldad sin sentido. Lo segundo, requiere que se vea al Creador como Absoluto, más allá del bien y del mal, relativos, relativamente temible, no amable, absolutamente deseable para la subjetividad consciente, presa de los límites y dispersiones de la relatividad.

Examinaré estos conceptos. Creo que lo relativo y lo Absoluto son un a priori de nuestra subjetividad (un elemento de nuestra memoria de fábrica), que nos hace percibir la realidad como relativa (todo más o menos) a un Absoluto conceptual. Lo Absoluto existiría entonces como parte de nuestra subjetividad, aunque la existencia del Quijote, parte de otra subjetividad, no presupone la existencia objetiva de Don Quijote.

Por otra parte, si lo Absoluto no tiene límites, definiciones, sería por definición superior a cualquier observación objetiva, dunque inobservable.

El bien y el mal son funciones de la relación de la objetividad con la subjetividad. Existen, porque existe ésta, y no existirían si no existiera. En una perspectiva espaciotemporal, no existían antes de formarse la subjetividad, no han existido siempre.

Una vez formada la subjetividad, ha empezado a sufrir los ataques objetivos y también a gozar de su propia existencia. Una vez formada la subjetividad consciente, le ha dado nombres a lo uno y lo otro, mal y bien.

Lo que la subjetividad clasifica como bien y mal es relativo en sí (más o menos) y relativo entre sí. Se deduce lo Absoluto, para temerlo o desearlo a la vez, por Absoluto.

Una vez formado el concepto de Absoluto se siente lo relativo en función de él; puede decirse que es su razón de ser, sentido, principio y fin, Creador.

Todo ello puede confundirse y de hecho se confunde con el concepto de Creador bueno, relativamente bueno, un elemento del bien y el mal subjetivos. Gran error, manantial de ateísmo, sinsentido y desesperación.

Puesto que la moral viene de la ciencia del bien y del mal, y éstos son subjetivos, es lógico que la subjetividad desee lo Absoluto que está en ella llevando al extremo el bien, y lo desee y ame; en realidad, porque el bien es lo deseable subjetivamente y el mal lo indeseable.

Pero también es posible llegar a lo Absoluto mediante el mal, lo subjetiva y relativamente indeseable, entre horribles sufrimientos por tanto.

La Lógica colapsa en lo Absoluto, por definición.

Poner límites al deseo de lo Absoluto es querer poner puertas al campo.

domingo, 6 de junio de 2010

No es cosa de fuera, sino de dentro




Las cuestiones planteadas en esta entrada de los días 5, 7, 8 y 9 están respondidas en la del día 9

Al pensar que el Universo es un manantial de dolor, se desvanece cualquier deseo de alabar a un Dios que lo haya creado. La discrepancia con el teísmo de Israel se presenta en las palabras: "Y vio Dios que todo era bueno". No, no es bueno un Universo en el que la vida animal tiene que destruir otra vida, de donde vienen daños y terrores.

Si excluimos un Creador alabable, tenemos que encontrar otros modelos para entender el lugar en donde estamos. Más que iglesias de alabanza, hay que formar asociaciones de víctimas del Universo, pues la única piedad que encontramos en él es la solidaridad humana, que tampoco llega muy lejos.

Y estudiando las condiciones básicas de nuestra existencia, descubrimos algunas realidades que tenemos que constatar para entender el conjunto. Una de ellas es que somos subjetividades sensibles, es decir, centros nerviosos que podemos experimentar el dolor que nos inflige de mil maneras la objetividad. Esta condición la compartimos con los animales.

Otra, es que somos subjetividades conscientes, que podemos formar conceptos o representaciones mentales de nuestra subjetividad y de toda objetividad, lo que nos permite representarnos lo que pasa y lo que puede pasar.

La tercera, que nuestra subjetividad consciente, a veces complacida, pero más dolorida, quiere entender lo que pasa, viéndole sentido, con lo que entramos en el pensamiento deseante.

Este sentido tendría que rehusar la sensación de extrañeza de vernos como subjetividades conscientes ante una objetividad implacable, un infierno muchas veces. ¿Es posible escapar de él, entendiendo cómo entrar en una realidad superior que también calmara al resto de animales que sufren dolor y miedo sin entenderlos?

No sé cómo; la verdad es que estamos bastante atrapados. Algunos se ensimisman, y dicen haber encontrado un mundo ensimismado o espiritual, pero que en él sigue habiendo miedo y dolor, incluso hipertrofiado, el infierno en sentido propio, con lo que no habríamos adelantado nada o habríamos retrocedido ("dolor eterno")

Otros creen haber superado las distinciones como yo/ello o gozo/dolor, pero ese mundo visto desde fuera no deja de ser ensimismado y no encuentran la manera de ponerlo al alcance de todos, comprendidos los animales.

De momento, no nos queda más que la práctica de la compasión universal, por todas las subjetividades y la solidaridad militante frente a esa objetividad incomprensible, tal como la realizan los médicos, veterinarios, psicólogos, etc Un hospital es el lugar más santo que conocemos.

Puestos a ello, puede ser que algunas subjetividades, no todas por desgracia, se pongan a hacer por sí mismas ese mundo soñado, bajo un modelo de pureza Un mundo en el que exista la pureza, amor, sacrificio, valentía, hermosura, música, rectitud, honradez, veracidad (todo lo que conocemos cuando falta)

Al hacerlo, las subjetividades estaremos de hecho saliéndonos de esta objetividad dura, aunque sólo sea durante un rato y en la medida en que esté a nuestro alcance perseverar en lo que respetamos.

Se puede decir que estamos creando un Dios moral, distinto de esta objetividad brutal, que estará dentro de nosotros y no fuera, por lo que a lo peor se extinguirá con nosotros, pero se recreará cada vez que una subjetividad consciente se enfrente con el dolor, por lo que a lo mejor es cosa de la misma arquitectura de la realidad.

Nos encontramos así con un enfrentamiento radical entre subjetividad y objetividad, que parece referirse a una diferencia transcendental entre ambas realidades, que forma parte sin embargo de nuestra experiencia diaria: "Yo frente al mundo", es su expresión intuitiva. En este enfrentamiento, asombra la desproporción en términos objetivos: yo soy casi nada en relación con la objetividad, que es el universo. Aunque los términos subjetivos reequilibran la situación: yo soy lo primero para mí. Es verdad que la subjetividad puede anularse con una simple pastilla, pongo por caso, pero llegamos así otra vez al planteamiento más fundamental de la experiencia subjetiva: ¿Será toda la objetividad una función de la subjetividad? ¿Serán formas que el pensamiento va creando?

lunes, 24 de mayo de 2010

Anatomía de la subjetividad



Este texto no es especulativo, sino descriptivo. Hasta ahora me he centrado en mi yo; ahora puedo pasar a un plano más profundo.

Revisado el 30 de mayo de 2010

=El dolor es un efecto de la subjetividad; si no hubiera subjetividad, no habría dolor.

=La sucesión del tiempo es probablemente otro efecto de la subjetividad, que percibe la realidad por fragmentos y los ordena creando el tiempo a partir del espaciotiempo. Por tanto, puede ser que la realidad sea eterna.

=La realidad incluye numerososos sistemas perceptivos o subjetividades, frente a los que funciona como objetividad.

=Los sistemas perceptivos se comunican por lenguajes y parece haber pruebas empíricas de que algunos (madre-hijo) mantienen una unidad profunda que apunta a la hipótesis de que la realidad toda se divida en función objeto y función sujeto.

=La subjetividad se define como un sistema perceptivo, centralizado o no, y que puede dar lugar a la formación de un yo consciente o no, que a su vez, puede disolverse (subjetividad animal o humana)

=La subjetividad consciente de sí misma, formadora de un yo, experimenta que sus percepciones son sólo parcialmente comunicables o muy incomunicables en el plano consciente, tanto ante la exploración externa, como por la expresión. Este aislamiento subjetivo consciente posiblemente corresponda con una comunicación subjetiva inconsciente.

=Cuando la subjetividad está organizada en un sistema nervioso central, la realidad le aparece ordenada por una unidad que es reflejo de su sistema nervioso centralizado. Pero esta unidad posiblemente corresponda a la unidad de la función subjetiva de la realidad.

viernes, 30 de abril de 2010

Observaciones sobre este mundo





La lectura de escritos de un escéptico como Russell tiene sobre mi un efecto estimulante, en el sentido de neuroestimulante, casi psicotrópico. Incluso mi estilo mejora. Veo el mundo el que estoy, de pronto, como un enigma ancho y horizontal, poblado por los fantasmas de quienes he oído hablar, Dios, Jesucristo... Me pregunto: ¿Qué he descubierto sobre este mundo en casi setenta años de vida? Me respondo: Poco, es decir, algo. Pienso. La existencia de la Lógica, o de las Matemáticas. Que está hecho conforme a las Matemáticas. Lo demuestra la apabullante utilidad de la Física y su técnica. Junto a esto, que no sea matemático entero, perfecto, exacto. Que la realidad sea en parte extralógica. Todo, un misterio enorme. Como el mundo no es enteramente lógico, carece de sentido razonar deductivamente sobre él. Sólo se lo puede observar. ¿Qué más observo?

¡Miremos con atención!

Que nos encontramos a nosotros mismos aquí, al margen de nuestra voluntad. Que tenemos que comprender este extraño e inmenso artefacto.

Lo unifica su orden lógico; un orden sobre el universo, y distinto del universo, por ser eterno e inmaterial, debe de ser divino, pero este orden es de fauces y dolor, pese a algunos momentos de éxtasis, por lo que este universo parece más bien un infierno. Como además, los seres vivos sometidos a este orden lógico, no estamos aquí por una decisión nuestra, y no sabemos salir de aquí, podemos deducir más precisamente que hemos caído en una prisión.

En la que pueden caer sobre nosotros, arbitrariamente, todas las torturas imaginables y las no imaginables (Léanse los periódicos, para ver con horror una parte de lo que puede golpearnos)

La condición de estar en este mundo es que te pueden venir encima dolores corporales insoportables y a veces sufridos durante muchos años, angustias que sólo imaginarlas produce fobia, penas espantosas para arrastrarlas toda la vida. A cada minuto caen, como una lluvia de plomo fundido, sobre alguno de nosotros.

Aquí hay alegrías, pasiones destellantes, pero pasajeras. Todo es imperfecto, todo fracasa. Todo muere. Yo seré derrotada y así me iré. Aunque quizá la muerte, que viene sola y alcanza a todos, sea la manera más común de escapar de aquí. Una manera. El sentido de la vida.

También podemos observar los sentimientos de quienes nos encontramos en esta cárcel. Sufrimiento por tanto fracaso. A lo mejor, un solo de trompeta que le da forma.

Podemos sentir amor por quienes son arrancados de nuestro lado. O compasión por cuantos hemos caído aquí. Sólo parece haber compasión en el corazón de algunos hombres. Solidaridad en el camino hacia la muerte o en la fuga. Este universo tan grande y tan tonto puede desesperarnos, la inmensa dispersión de sus temas puede fascinarnos, pero acaba por fatigarnos.

Somos fantasmas hambrientos de algo que no está en él. Lo vemos con el pensamiento, es un sentimiento, un ansia, una esperanza.

Si la matemática es una realidad que está sobre el universo físico, pero que no es el universo físico, existe por lo menos un ámbito que está fuera de sus leyes despiadadas. ¿Es la del carcelero?

Esperamos que sea la de nuestro amor, las Pléyades verdaderas que brillan en la noche por encima de sus muros. Las Pléyades imaginadas, no las materiales, que también están dentro de ellos.

La realidad es más que este universo. Éste es una cárcel, porque tiene muros, límites, y fuera de ellos hay con seguridad otra cosa, que no muere, no está sujeta a la Segunda Ley de la Termodinámica, la de la entropía, porque es esa misma ley.

Tenemos hambre porque hemos empezado un razonamiento y no sabemos acabarlo. Lo que hay es eterno e inmaterial, lógico. Nuestro sentimiento lo percibe como hermoso, acabado, unificador de la mente, que puede descansar en esta visión de Todo en Uno y no dispersarse.

Explicador de sí y del universo mortal, de toda la realidad, de la Novela cuyo argumento incógnito es la relación entre el Novelista, la Matemática, la Física y el Observador. Está en la compasión, la pureza, la santidad. No en lo que rige nuestro cuerpo, sino en lo que rige nuestra mente.

lunes, 12 de abril de 2010

La existencia de la Lógica y el residuo extralógico


Publicado el 10 de abril de 2010 en mi blog "Outgender"


La Filosofía ha llegado a muy pocas nociones fundamentales, tales que se pueden poner en unos párrafos; cada filósofo puede poner en muy pocas palabras las ideas que ve como una revelación; el resto son vueltas sobre lo mismo y comentarios.

Las nociones básicas, aceptadas en general y ya como léxico común filosófico, son la de la Lógica y el razonamiento, la deducción y la inducción, la intuición, la determinación y el condicionamiento, la materia, el sujeto y el objeto, el fenómeno, y quizás los apriorismos y las estructuras del conocimiento. Creo que entendiendo este vocabulario se comprende lo poco, pero fundamental, que ha descubierto el hombre en Filosofía.

En general se está ya de acuerdo en que la noción de Dios no es una noción filosófica. Pero se puede plantear una cuestión previa: si puede existir algo que no sea material, puesto que Dios sería una realidad inmaterial (que no cambia), no observable materialmente, no manipulable, independiente de la voluntad humana.

Esto es lo que vieron los antiguos que convenía a las Matemáticas, una serie de enunciados que les sorprendían por lo exactos, por lo pensables, y por la imposibilidad de representarlos por medios materiales: el dibujo de un cuadrado no es un cuadrado.

Pero a la vez, una bola (un astro, una gota de agua en suspensión) es una bola, pero a la vez, un esferoide, cuyas relaciones interiores se acercan tendencialmente a las relaciones matemáticas; no es una forma enteramente irregular, sino un esferoide, lo mismo que hay hexagonoides (panales, copos), prismoides (cristales), todos ellos objetos más o menos irregulares pero tendentes a esas formas exactas.

También la relación que se nombra como número fi o proporción áurea (1,618...) está tendencialmente presente en las flores o la distribución de las hojas en un tallo o de las pipas en un girasol o en las falanges de los dedos humanos...

Por tanto, cada uno de esos objetos contiene neblinosamente todas las relaciones matemáticas, las que sabemos y las que no sabemos; sus superficies se detienen cerca de esas formas exactas o las sobrepasan, pero se sitúan relativamente cerca de ellas.

Por eso, la realidad material muestra una tendencia hacia las formas exactas, que por tanto le son transcendentes y existen independientemente de que las pensemos, como se manifiestan en esas formas materiales irregulares que se les acercan.

Las Matemáticas son transcendentales, y las Ciencias Matemáticas, como lenguaje convencional, las van describiendo poco a poco, y no se pueden hallar en su exactitud en el universo material, que sin embargo tiende a ellas.

De manera análoga a la observación de la naturaleza macroscópica, cuyas formas vemos atraídas por esas Matemáticas transcendentales, la observación de la naturaleza cuántica está estructurada de acuerdo con el Cálculo de Probabilidades, exacto, que es una parte de las Ciencias Matemáticas; las realidades observadas conforme a las Ciencias Matemáticas muestran cierto grado de incertidumbre al observador, pero las Ciencias Matemáticas determinan sus relaciones de probabilidad con precisión; pero no agota la realidad, por lo que los físicos cuánticos no pueden retirarse a su gabinete sólo con papel y lápiz para deducir matemáticamente la realidad; sino que tienen que permanecer atentos a los ciclotrones, haciendo investigación inductiva, no deductiva.

Hace falta distinguir entre Matemáticas Transcendentales y una realidad natural que se acerca a ellas pero que no llega a ellas. Las Matemáticas Transcendentales no agotan la realidad material, siempre particular. Las Matemáticas Transcendentales son universales, la realidad material es individual. Por eso, el conocimiento deductivo no llega a toda la realidad material, y debe ser completado por el conocimiento inductivo.

No ya las Matemáticas Transcendentales, sino el razonamiento, se elabora también formando conceptos, que son los elementos comunes entre seres distintos, y uniéndolos mediante proposiciones, a éstas mediante silogismos, etc, lo que deja por definición un residuo de cada ser no conceptuado y probablemente no conceptuable, el de su singularidad.

El residuo de la realidad que no es matematizable es susceptible en efecto de ser razonado en otros escalones de razonamientos; pero también es accesible a otro modo de conocimiento que es la intuición que no se puede conceptuar. No es discursiva, no es gradual, es instantánea, abrupta, se da o no se da. Los conceptos relacionados con ella, como el de bello, la enuncian y se retiran dejando un vacío, porque no pueden continuar el discurso lógico, y por eso las intuiciones son inefables, extralingüísticas en sí.

Únicamente se pueden mostrar, como hace el pintor, o el arquitecto, o el músico o cualquier artista. El novelista o el versificador usan como material el lenguaje, pero sus intuiciones sólo pueden sugerirse, provocarse, aludirse como entre líneas, pero no expresarse, como sabía con plena conciencia un poeta místico como San Juan de la Cruz al comentar sus poemas mayores..

No es lo mismo la critica de arte, que examina sus aspectos conceptuables, que la experiencia artística, o la intuición en general. La experiencia artística puede ser profundísima, pero mostrarse con más o menos arte, como pueden comprender los críticos. La intuición propiamente dicha no se puede razonar. Es una percepción, que se tiene o no se tiene. Los razonamientos son comunicables en lo fundamental (aunque no las intuiciones que suscitan) Las intuiciones son incomunicables. Sólo se puede dar vueltas en torno a las propias, para explicarlas, usando analogías, y teniendo la esperanza de que alguna de ellas libere en quien nos oye la percepción intuitiva; pero si se da, si manifiesta sus propias analogías de entusiasmo o interés, ni siquiera podemos estar seguros de que percibe lo mismo que nosotros.

La experiencia de lo divino, si existe, pertenece al orden de la intuición y por tanto no es comunicable lingüísticamente de manera racional entre los hombres. O se siente o no se siente, y en este segundo caso, por más explicaciones que se den, ninguna adquiere la irrefutabilidad de la intuición. Algunos conceptos aluden a ella, pero se detienen en sí mismos: Uno, Absoluto, Perfección, Pureza, Amor.

En resumen, la intuición percibe las realidades enteras, no fragmentadas conceptualmente, singulares, por lo que se puede decir razonablemente que la intuición de lo divino es legítima, pero no se puede razonar ni por tanto universalizar. Y será la intuición de la singularidad de lo divino.

La existencia de la intuición es para el razonamiento una prueba de que la realidad no es enteramente racional (aunque su racionalidad fuere muy compleja y no hubiere sido asequible a nuestra ciencia) La intuición percibe justamente, y no por un método racional, lo que nuestra racionalidad es incapaz de ver, y lo que ve es la singularidad de cada realidad. Por tanto, racionalmente se puede decir que (proposición condicional) si existe un instrumento de conocimiento tan poderoso como la intuición que no es racional, es que la racionalidad no agota la realidad, y que en ella queda un residuo no racional que es justamente su singularidad.


BINARISMO Y NO BINARISMO DE SEXOGÉNERO


Las Ciencias Matemáticas son la parte cuantitativa de la Ciencia Lógica, que en su conjunto está mucho menos desarrollada. Pero si las Matemáticas son transcendentales también la Lógica debe de ser transcendental, a menos que creamos que sólo las relaciones numéricas lo son..
Hecha la distinción entre Lógica Transcendental y Ciencia Lógica, resulta posible distinguir en ésta entre el conocimiento sistemático, propio de los especialistas, y el conocimiento empírico, propio de la mayoría de la población.

Éste se desarolla también mediante el razonamiento, aunque más fragmentario y más expuesto al error que el ordenado. Pero todos los humanos razonamos, en lo rutinario o en lo acuciante, para entender nuestro medio natural, para manejarlo, para entender nuestras vidas.

Ttambién nos guiamos siguiendo golpes de intuición, pero aún así, no podemos dejar de comprobar racionalmente lo que vemos por intuición. Un “¿por qué?” y su respuesta son las unidades mínimas del razonamiento.

De hecho, no podemos dejar de razonar, ni de saber que las conclusiones lógicas son conclusiones. Por eso, la Lógica nos es soberana. No nos limitamos a expresar en cualquier lenguaje lo que vemos, sino que sabemos que debemos respetar lo que hemos visto, que está sobre nosotros, por encima de nuestra voluntad o nuestros gustos, aunque luego decidamos no respetarlo.

Tomamos de hecho nuestras decisiones basándonos en cadenas lógicas fragmentarias,
que se fundan a la vez en la visión empírica del mundo, que es coherente con la Física newtoniana.

Estas cadenas se forman a partir de un axioma condicional, que se puede enunciar así:
“Si (esto) es verdad, entonces...”. Algunos de estos condicionales están implícitos y fundan órdenes civilizatorios enteros.

Podemos verlo así en una definición fundamental, la de justicia, que los juristas romanos enunciaron como “justicia es dar a cada cual lo suyo”. Si la aceptamos como axioma condicional, entonces extraemos y hemos extraído deductivamente de hecho una serie de consecuencias teóricas y prácticas.

La más importante sería constatar la diferencia entre la justicia ideal y la justicia material (que nos remite a la interpretación platónica de la realidad), lo que insiste en que resulta imposible medirla exactamente su aplicación material sino por aproximaciones, existiendo a la vez una tensión o tendencia a conseguir el pago más exacto que se pueda, y descansar sólo cuando se consigue. Jueces y profesores sabemos de la dificultad y hasta casi imposibilidad de “dar a cada cual lo suyo”, y a la vez de las tensiones propias o de los justiciables para conseguir una remuneración que sea lo más aproximada que se pueda.

Puede decirse que esta diferencia entre justicia ideal y material es suficiente en el orden empírico de la realidad.

En otros campos de la realidad parece observarse esta diferencia. Una cuestión análoga es la sexualidad, que podría definirse lógicamente como “la relación entre un varón y una mujer, estimulada por el deseo y el placer, tendente al intercambio de genes para la reproducción”. Es sólo análoga porque la definición de la justicia es la de un “debe ser”, en manos de los humanos, mientras que la de la sexualidad es la de un “es” abstraído de la observación de la realidad.

Esta definición ideal es binaria, no porque sea un acto que tiene lugar entre dos personas (podría especularse con una relación sexual que requiriese tres personas y dos actos), sino porque supone un “sí o no” en cuanto a su cumplimiento.

En ese binarismo ideal reside la tradicional moralidad sexual, que pretende trasladar a la vida material la integridad de esa lógica, lo que es un error tan grave como si pretendiese realizar materialmente el cuadrado perfecto; de hecho, la planificación imperativa es otro caso de voluntad de racionalización íntegra de las realidades a las que afecta que excluye sus singularidades (este error no se da en la planificación indicativa)

El binarismo lógico puede sostener la trama informática porque traza relaciones basadas a priori en un “sí o no” en las que después se cuelgan los contenidos o programas; otras relaciones, por ejemplo las de contabilidad, se fundan en rigores matemáticos suficientes; pero lo que hay colgado en esas relaciones, tiene todas las complejidades lógicas y extralógicas de la vida real.

Porque la vida material tiene unas condiciones de individualidad que no pueden ser absorbidas dentro de ese binario lógico; no se contienen sólo en un “sí o no” sino también en un “más o menos” (la lógica difusa comienza a aplicarse con gran éxito a grandes partes de la realidad material) No sólo hay uniones entre hombres y mujeres que no pueden reproducirse. También hay personas que no son exactamente hombres ni mujeres, pero tienen una sexualidad, y tienden a unirse con otras personas. Las naturalezas masculinas y femeninas son difusas, hasta el punto de que lo más general es que sean más o menos masculinas o femeninas.

Igualmente hay hombres que no desean unirse con mujeres, y prefieren unirse con hombres, con quienes obtienen esa sensación de placer. Y mujeres que hacen y sienten lo mismo con mujeres. Y también personas calificadas como hombres o mujeres cuyo bienestar depende de cambiar su posición sexogenérica.

Finalmente, la experiencia de las personas que se encuentran más cerca de los bordes de los conjuntos difusos de sexogénero puede ser no renuncian a su individualidad, a su singularidad, y que se definen como personas (un paso más sería definirse por su nombre propio)

Nada de esto es deductivo. Todo requiere una comprensión inductiva, porque es material, y por tanto único en cada persona. Se ajusta más o menos a la sexualidad ideal, o no se ajusta. He pronunciado la expresión “más o menos”. Esto es no-binario, entra dentro de la lógica no-binaria (de las relaciones no-binarias que intervienen entre seres reales) Si pretendiéremos ajustarlo al binario, haríamos la desgracia de muchas vidas, no sólo las de estas personas muy no-binarias, muy fuera de la abstracción binarista que exige un “sí o no”, sino de las personas a las que forzadamente se unieren binaristamente.

Se trata del residuo material y particular de la racionalidad universal y requiere una nueva moralidad cuyo punto primero tiene que ser el respeto a estas realidades individuales aunque no sean lógicas, pues la condición de su existencia es precisamente la falta de lógica; si todos fuéramos completamente lógicos, no existiríamos materialmente. Seríamos teoremas, no personas.

Somos las personas más difusamente alejadas de las abstracciones de la Lógica binaria las que mejor garantizan la libertad individual de todos. Muchos de los que están más cerca de esas abstracciones pueden quedar seducidos por ellas. Sucedió así con las abstracciones binarias que definían a los nobles y sus privilegios en el Antiguo Régimen; fueron los empresarios y financieros, que no tenían lugar en esa abstracción, quienes necesitaron la libertad de abolirla.

De la misma manera, las personas que estamos fuera de la abstracción binaria relativa al sexogénero, necesitamos abolirla. En este proceso encontramos muchas veces la incomprensión y hasta el odio de los no-binaristas, hasta el punto de que el respeto a las minorías sexuales suele ser modernamente el termómetro de la libertad social. Lo que hace que nuestra necesidad de libertad sea visceral, literalmente.

Haré aquí una mención, que al final revelará su interés general, sobre la preocupación sobre la etiología de la homosexualidad o la transexualidad, frecuente entre quienes pertenecemos a las difusas minorías sexuales para justificar nuestra realidad; con ese fin justificatorio de lo que otros veían como irracionalidad, y por tanto condenable, se han usado tanto las etiologías biológicas, primero, como después biográfica, y hasta especialmente política, como rebeldía frente a lo constituido.

Podemos advertir que esta perspectiva que ve a la vez la Lógica y lo que no es lógico, larealidad no-binaria de todo lo material, no necesita usar la Etiología más allá de su naturaleza de ciencia fáctica, sobre lo que es, no sobre lo que debe ser; versa sobre realidades tendenciales, pero fácticas de hecho; la sexualidad tiende por ejemplo hacia una sexuación dual, pero una vez constituída una intersexualidad, existe y debe ser reconocida.

La Etiología, encuentre causas biológicas, o biográficas, o ambas no tiene que ser considerada como legitimadora o no legitimadora de determinadas conductas consideradas como anómalas o extralógicas, queriendo llegar a un logicismo absoluto que incluya la sexualidad regular y la irregular.

No; la realidad material es siempre más o menos lógica, como todos los sistemas no-binarios son más o menos lógicos, no lógicos o ilógicos, es bueno en un plano metafísico que las todas las realidades sean lo que son, individuales, imperfectas, aunque experimenten la atracción del modelo lógico, que cumplirán también en más o menos. En ese más o menos está su moralidad.

viernes, 5 de marzo de 2010

Teleología Matemática


Revisado, 23 de marzo de 2010



Expongo con más detalle la Teleología Matemática, fundada en Pitágoras, y Platón, junto con observaciones sobre la estructura lógicomatemática de la materia que derivan de Kepler, Galileo, Newton, Einstein, Planck, Heisenberg:


Lógica y realidad

La Lógica de las cantidades es la Matemática, que por tanto se refiere el ámbito de las relaciones o razones numéricas, en un sistema coherente o armónico, que se puede calificar como unidad de la diversidad.

Al hablar de unidad de la diversidad de las relaciones nos acercamos a un lenguaje teológico, en el que este punto de partida permite hacer algunas precisiones: al hablar de relaciones nos referimos a las relaciones de la realidad material y variable con que nos topamos; estas relaciones en sí, numéricas o de otro orden, resultan ser invariables y por tanto inmateriales.

La coherencia o unidad concierne sólo al ámbito de las relaciones. Sin embargo, por existir éstas en toda la diversa realidad, se puede decir que la materia variable existe dentro de un marco invariable o lógicomatemático.

No se habla por tanto de una unidad transcendente o externa a las relaciones entre las cosas, porque entonces dejaría de ser su unidad, pero sí de una diferencia entre lo material o variable y sus relaciones que siguen pautas invariables.

Sin embargo, también diferencia es relación, y por tanto debe integrarse dentro de la coherencia lógica general, lo que lleva a postular la primacía de la Lógica sobre la materia. La materia se ve sometida, encerrada en la Lógica aunque pretenda evadirse y más claramente cuando pretende evadirse. El intento de Marx de afirmar la primacía de la materia, se vio obligado a formularse en términos de “materialismo dialéctico”, o materialismo lógico. El intento de Nietzsche de superar la Lógica, se justifica por una Lógica superior. La Lógica abarca a la materia, no viceversa.

Matemática y materia

El número pi es el límite que determina las formas esferoidales de los astros, consecuencia de la acumulación de materia en condiciones regidas por la ley de la gravedad.

El número fi (1,618...) es el límite estadístico de formas como las galaxias espirales (no lo son todas), las proporciones humanas, hasta las de las falanges de los dedos, la concha de los caracoles, la distribución de las hojas, etcétera

Los matemáticos o los biólogos descubrieron que los insectos se acercan a las luces describiendo líneas muy parecidas a las de las espirales logarítmicas, que expresan el número fi, y que las aves de rapiña que giran en sus maniobras de ataque a las que se convierten en sus objetivos trazan espirales semejantes.

Las proporciones del vientre, torso y cabeza de las abejas, incluyen el número fi.

A las vez, los hexagonoides que elaboran en sus panales parten de formas cuasi circulares yuxtapuestas, las del número pi, cuyas dimensiones análogas dan lugar a que cada una se vea rodeada por seis, y que al unirse en forma de red y eliminar los intersticios se transformen en poligonoides hexagonales, como las pompas de jabón al juntarse (Observaciones de Antonio y Joaquín Azpitarte Pérez, en mensajes personales) En toda esta singular danza está presente el número pi en los diámetros de las cuasicircunferencias iniciales, como en las diagonales de los hexagonoides, que las mantienen invisibles. Una vez formada la red, manifiesta según creo, un regalo añadido: la red de hexágonos, comparada con las de triángulos y cuadrados, optimiza la relación área-perímetro (lo que también minimiza la cantidad de trabajo y de material para trazarlo; ¡genera el área de seis triángulos construyendo sólo seis lados, que además sirven para los hexagonoides adyacentes! ¡O la de tres cuadrángulos!) Esto sugiere que la Lógica matemática se extiende en múltiples sentidos, algunos de los cuales son beneficiosos y adaptativos.

De la misma manera, los cristales de nieve que nos envuelven en una nevada son hexagonoidales, de manera que se podría pensar que se ve caer en innumerables repeticiones el número pi.

Sucede lo mismo con las gotas de lluvia, que serían esferoides pero las transforma la regla matemática de la gravedad antes de caer sobre otro esferoide, la Tierra.

Se trata en todos los casos de límites o atractores (no sé todavía diferenciarlos con precisión) hacia la plena racionalidad matemática a los que las formas materiales no llegan nunca o los sobrepasan.

Que tengamos que hablar de esferoides o hexagonoides muestran que unas Matemáticas prehumanas nos envuelven, como un halo inmaterial al que intentan acercarse muchas formas materiales sin alcanzarlo o sobrepasándolo de continuo.

Pi o fi son relaciones matemáticas exactamente, infinitamente “irracionales”, calculadas a partir de las propias Matemáticas, a las que a posteriori se descubre que se ajusta en más o menos la materia.

Por tanto, pi o fi son independientes de la materia. Si la materia incluye la dimensión tiempo, pi o fi resultan independientes del tiempo, y en este sentido se puede decir que envuelven a la materia. Puesto que la atraen y la configuran, mandan en ella, la gobiernan, y constituyen por tanto una Ley distinta de la materia.

Esto hace ver que el mundo material es un mundo variable ordenado por algo invariable, renovando la estructura platónica de Mundo Variable y Mundo de las Ideas, definidas éstas como formas o relaciones tendenciales de los diversos seres.

El hecho de que nuestra intuición suela responder con agrado ante el número fi, y de que sea frecuente verlo en el arte, quizá inconscientemente por parte de los autores, hace pensar que en nuestro cerebro o nuestra mente existen también estructuras que responden simpatéticamente ante su presencia, en una armonía de lo subjetivo y lo objetivo que parece corresponder a una filiación común.

Pero a la vez, existe una distancia entre la materia y la Ley. Aunque la materia tiende a tener una forma perfectamente matemática, no llega a esta matematicidad e incluso no puede y no debe llegar. La Matemática, entendida como una parte de lo racional, es universal, no individual, y la materia es particular o individual. La existencia de la materia depende de esa particularidad. Debe diferenciarse de lo universal, para ser ella misma en cada una de sus manifestaciones concretas. Esta diferencia de lo matemático, por definición, no es accesible al razonamiento, o proceso subjetivo de descubrimiento de la racionalidad objetiva, pero sin embargo existe; la forma de pensamiento a la que es accesible es la intuición, o conciencia de la singularidad.

La distancia entre la Lógica objetiva y la realidad se manifiesta también en el razonamiento subjetivo, que procede mediante la observación de elementos comunes entre las distintas realidades, que convierte en conceptos o nombres y luego los une en proposiciones, etcétera. Se puede postular que este procedimiento deja necesariamente un residuo de singularidad, que sería sólo accesible a la intuición.

La existencia del hombre propone entonces que él debe comprender y obedecer a la Ley de la Lógica, pero con respeto a su existencia particular, sin convertirse en un simple factor de un sistema lógico. En este sentido, la Ley de la Lógica debe ser para el hombre, y no el hombre para la Ley de la Lógica.

Al examinar las relaciones de la Matemática con la materia, debe distinguirse entre los números pi y fi, que funcionan teleológicamente y las fórmulas matemáticas de las relaciones materiales.

Al descubrirlas, los físicos han descubierto que la materia está organizada matemáticamente, y que por tanto las Matemáticas están situadas delante de ella en la secuencia lógica objetiva; incluso en nuestro razonamiento subjetivo, podemos estudiar Matemáticas con el fin de entender cada vez mejor la Física.

Por tanto, las Matemáticas, Lógica pura de las cantidades, estructuran también la materia, en este caso no teleológicamente, sino en acto. No es aquí que la materia tienda a tener relaciones internas exactas, es que se puede suponer que estas relaciones son exactas, que el signo igual es verdadero, aunque la incertidumbre afecta a la medición.

En particular, se puede observar que, en algunas de esas fórmulas, se encuentran las constantes ge o ce, que no deben incluirse con los números pi o fi en la misma clase de realidades, pues no han sido calculadas a partir de las Matemáticas puras, sino de la observación de las relaciones de la materia, y tienen un valor numérico cuya medición es variable y discutida.

Pensamiento subjetivo y Lógica objetiva

Como límites o atractores matemáticos, los números pi y fi actúan incluso sobre la mente humana, aun inconsciente de ellos, como se ha comprobado en encuestas que muestran la preferencia estética mayoritaria y espontánea, aunque no sea absoluta, por figuras cuyas proporciones son o se acercan a las del rectángulo de oro.

Hay otros fenómenos de pensamiento, como el sentido de la Justicia, en los que se observa la coexistencia de esta lógica exacta y esta imposibilidad material de saber si alguna vez se ha guardado, o de medirla con absoluta precisión, como no se pueden dar con absoluta justicia las notas de un examen, más que si el examinador acierta sin saberlo. Formulando exactamente la Justicia , según hicieron los juristas romanos, como “dar a cada cual lo suyo”, y no más ni menos, como en el dilema del “Mercader de Venecia”, resulta imposible medirla materialmente sino por aproximaciones, lo que produce tensiones entre las partes, cuando no se comprende la relación entre justicia lógica y justicia material.

Esta relación es teleológica, tiende a un fin: el ejercicio de la justicia material se ve atraído por la justicia lógica, aunque no pueda saber o medir nunca si ha llegado a sus formas exactas.

La Economía es un fenómeno de pensamiento del mismo orden. La Economía es la técnica de la optimización de los recursos, y en este sentido es también teleológica, porque pretende conseguir una relación óptima de la asignación de recursos, que es inalcanzable en la práctica. Sin embargo, la Economía , conocimiento práctico, sabe de hecho que es suficiente una aproximación a sus fórmulas matemáticas. La discusión del “precio justo” (subrayaré la palabra “justo”, véase antes) por la Escuela de Salamanca en el siglo XVI, y su resolución mediante la teoría del precio de mercado, que no puede ser más aproximativo, es el primer exponente histórico de la Economía.

Esto lleva a la cuestión por una Ética Lógica, en la que puede verse también la forma exacta de la norma, la materialidad tendencial atraída por ella y la distancia entre una y otra, de tal manera que, si no considerásemos esta distancia, la Ética sería imposible (tanto como el cumplimiento del contrato de Shylock)

Ética Lógica es la que el hombre practica de forma espontánea y en todas partes, porque es la consecuencia de la aplicación de su facultad de razonamiento a las diversas cuestiones de su existencia material. Es la única que puede pretender valor universal, por ser la Lógica objetiva y subjetivamente universal, lo mismo que la Lógica configura el único lenguaje universal ( la Teoría del Derecho Natural, muy cercana a ella, yerra sin embargo al poner su fundamento más que en la Lógica en el sentido común; en realidad, la Ética Lógica es la Ética Natural)

La Ética Lógica subjetiva es generalmente fragmentaria e instrumental, en la medida en que carezcamos de una visión lógica general de la existencia. Sin embargo, es posible reconocer el carácter lógico de muchos preceptos tradicionales, aunque no se inserten en un sistema lógico consciente, de los que los principales son la Regla de Oro (“haz/no hagas a otro lo que quieras/no quieras que te hagan a ti”), el giro humanitario formulado como que “ la Ley está hecha para el hombre y no el hombre para la Ley ”, o la prohibición del homicidio, el robo y la mentira, que harían imposible la vida social.

La Lógica aparece como una Ley que está por encima de nuestra voluntad. Nos guste o no nos guste, en lo pequeño o en lo grande, sabemos que tenemos que obedecerla, hacer lo que sea lógico, y que si no lo hacemos, vamos al desastre. Lo solemos obedecer de hecho. Y para argumentar contra esta afirmación, es preciso usar la Lógica.
Esto, de hecho, es lo que más aborrece el hombre moderno, es decir, el formado por los sistemas de pensamiento dominantes después de la Revolución Francesa. Quisiera ser absolutamente libre, incluso para definir el bien y el mal. Pero las cosas no son así, y la Ley Lógica nos obliga queramos o no.

Es verdad que en ciertas circunstancias límites el entramado de la Lógica objetiva se convierte en los barrotes de una cárcel de la que quisiéramos escapar y no podemos. No es apacible, no marcha sin sobresaltos el hecho del dominio de la Lógica sobre la realidad material. No pondré ejemplos. Cualquiera de nosotros puede tener experiencias de momentos en que la Lógica le ha aherrojado.

Sin embargo, el dominio de la Lógica no es absoluto. Si lo fuera, el Universo sería absolutamente racional y predecible, podríamos pasar sin las ciencias empíricas y deducir todas las realidades matemáticamente. No es así, porque existe una distancia entre la realidad material y la forma lógica que la atrae. He hablado de esferoides, hexagonoides, etcétera, no de esferas ni de hexágonos.

Existe un margen de incertidumbre o indeterminación en cada escalón de la forma. La esfera atrae la forma material de los astros, pero no la cumple del todo. La forma material depende de otros complejos procesos físicos, en cada uno de los cuales cabe suponer una distancia entre las relaciones matemáticas exactas y tendenciales y las relaciones materiales.

Cada hecho de distancia entre lo racional y lo material afirma la singularidad, la individualidad, la no universalidad de los seres materiales, hasta el punto de que su existencia particular depende de no ser lógica ni por tanto universal.

Si fuéramos universales, perfectamente racionales, seríamos teoremas. Como no lo somos, somos seres individuales, insertos en un mundo tendencialmente racional, pero no enteramente racional, que se sostiene con la fuerza de los hechos, como la propia Lógica, al lado de ella

Esto se puede verificar en la estructura de nuestro razonamiento. Lo empezamos formando conceptos, y cada uno de ellos es el descubrimiento de los elementos comunes entre los diferentes seres. Pero queda un residuo. Podemos suponer que, encontrados todos los elementos comunes, aunque éstos abarquen la integridad de los distintos seres, quedaría un residuo: su individualidad, su distinción. Esta distinción es innacesible, por tanto, al razonamiento, y el pensamiento humano sólo puede entenderla mediante la intuición.

Si en la realidad hay algo distinto de la Lógica, ésta no la gobierna absolutamente, sino sólo tendencialmente. Queda el margen de la propia individualidad para describir la realidad y para transformarla, respetando la presencia de la Lógica.
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El lugar del hombre en este mundo es comprender lo que es lógico, pero sabiendo que no toda la realidad es lógica, sino que también tiene una dimensión individual o extralógica. Este proceso incluye la crítica a otras posiciones humanas, crítica que es posible y necesaria dado que nuestra lógica subjetiva es generalmente fragmentaria e insegura. No vemos cadenas enteras de proposiciones que abarquen la realidad entera, sino fragmentos unidos entre sí, pero desunidos de una visión general.

Es sabido que la Lógica puede unir a unas proposiciones con otras, independientemente de que el punto de partida sea erróneo. Es posible hacer una extensísima teoría a partir de una proposición cualquiera. Pero si esa proposición inicial es errónea, es decir, no tiene relación con la realidad, las proposiciones que sigan, aunque estén bien ligadas entre sí, serán erróneas en conjunto.

Tales fragmentos erróneos no existen lógicamente, pero existen, están ahí, es preciso contar con ellos, incluso para negar su valor.


Es necesaria, por tanto, la crítica, que se esfuerza en distinguir entre la verdad y el error, y la libertad de expresión de la crítica, incluso la expresión de los errores, puesto que los avances del razonamiento humano se consiguen en gran parte dialógicamente.

También en el terreno de lo particular, es posible crear formas, generalmente imprevisibles, ilógicas. Estas formas particulares, expresión de lo particular, tienen una naturaleza estética, intuitiva, irreductible a la Lógica, y por tanto corresponden a la necesidad humana de liberarse de la cárcel racional. Una de ellas es el amor, fuente de innumerables conductas no justificables racionalmente, porque no proceden de la Lógica universal, sino de lo particular.

Todas las particularidades humanas, todas las singularidades, todo lo que se puede ver como no racional, procede de la distancia entre Lógica y materia.

La Lógica lo atrae tendencialmente, pero es preciso saber que eso es una tendencia y que su existencia como tal realidad singular es lo que es.

jueves, 11 de febrero de 2010

El Dio i la Lojika (Deus sive Logica)


(Puvlikado en Sefaradi Muestro, el 10.II.2010)


La Lojika es invisible, ma es real. Los sientifikos saven ke sus deskuvrimyentos vyenen de la Lojika. Las kortes o trivunales de justisya saven ke deven ovedeser la Lojika. Los teknikos saven ke la sivilisasyon funsyona kon la Lojika.

La Lojika es la mayor realitad anke no se veya. No todo lo real es materyal. La Lojika esta por ensima del ombre, si mos plaze komo si no mos plaze. Tenemos ke avokar la kavesa delantre de la Lojika. Ken es kulpavle, kale rekonoser ke la Lojika lo demuestra. Es mas grande ke mosotros. Es eterna. Lo ke es vedraderamente lojiko agora, lo sera en syen o dosyentos anyos.

La Lojika es el D.io o esta mui serka del D.io. Es su ley eterna para el mundo.

Por eso el D.io es para mi Lojika. Es el sensyo y la eksplikasyon ke kale tener toda la realitad, todo el Universo.

Kreyer en el D.io no es tanto pyensar en komo seya El, ama pyensar kontando kon El,
tenerlo presente komo la eksplikasyon de la realitad, mezmo de muestras sufriensyas, porke todo tyene ke tener una eksplikasyon lojika.

Su eksistensya se puede demuestrar lo mezmo ke la eksistensya de la Lojika, porke el D.io "es" la Lojika, el sensyo de kuanto eksiste. Ken kree en la Lojika, kreye en el D.io anke seya sin saverlo.

Yo veyo ke no se bivir sin kontar kon el D.io, no saveriya organisar mi vida sin El, porke lo entyendo komo el sentro lojiko de toda la realitad, una realitad ke tyene un sentro, una unitad, una koerensya; otras personas pueden bivir atendyendo solo a las kozas separdas, komo si no tuvyeran ke ver unas kon otras, komo si no las unyera la Lojika (o el D.io); ma sentiran algo de manko, anke sin saver ke les manka.

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Kuala es la relasyon de la Lojika kon la realitad materyala?

La Lojika manda ensima de eya komo una Ley; la atraye; ma la realitad materyala no yega a ser del todo lojika.

La rason de esto esta en la mezma naturaleza de la rason. Toka solo lo ke es komun en las kozas. Toma deyas solo lo ke se komparte: en el rasonamyento umano. ke es muestra manera de yegar a la rason o la Lojika, estas kozas kompartidas se yaman konseptos, i dospues los unimos en proposisyones, estas en silojismos, etsetera.

Ma en la realitad keda syemre algo de uniko en todas las kozas. Esto uniko no se puede rasonar, porke es uniko.

Estas formas unikas de la realitad enmateryala forman por definisyon sus irregularitades.

Por esto, la materya ovedese a la Lojika, ma no yega a tomar formas del todo lojikas. Forma estreyikas esferoydales ma no esferas perfektas; sus superfisyes estan inchidas de irregularitades. Yo puedo kerer sigir una kondukta lojika en mi alimentasyon, mis relasyones umanas, ma nunka konsigo ke seya perfekta (i es mejor ke no lo seya; sera asina mi kondukta)

En pokos byervos: la Lojika es enmateryala, es eterna (las Matematikas son eternas), estruktura la materya, esta por ensima de la materya, la govyerna, la atraye, es su ley, le da su sensyo, kon lo ke el D.io es la forma finala de lo lojiko, lo mas lojiko, porke el D.io es el buto final de toda la realitad, de todas las atraksyones i tendensyas ke reunen en la Lojika la singularitad de la materya.