Filosofía dentro - Kim Pérez

La Lógica estructura toda la Materia, la atrae hacia sus formas puras como su Ley, está por encima de la voluntad humana, que tiene que doblegarse ante ella, es eterna, no es material, es invisible, pero existe con la evidencia del mismo pensamiento racional que la cuestione, en el único argumento ontológico irrefutable; por tanto, la Lógica es Dios, Sentido de toda realidad.

miércoles, 4 de abril de 2007

Estatuto de la reflexión filosófica sobre la realidad interior




Si los conceptos se forman por abstracción de los factores comunes de distintas realidades, la intuición ve cada realidad como única y entera.

Entre los conceptos luego se ven relaciones que dan lugar al razonamiento, o relacionamiento, y forman un conocimiento gradual y enteramente comunicable, mientras que las intuiciones resultan repentinas (se dan o no se dan), incomunicables de por sí (se ven o no se ven) y no se pueden relacionar unas con otras.

La percepción de sí o del espacio interior es una intuición porque se ve del todo e instantáneamente o no se ve. En la niñez causa a veces pasmo descubrir yo, aquí y ahora, y puede no descubrirse.

Pero si es una intuición, el conocimiento de sí es verdadero conocimiento y verdadera conciencia, como lo son los que se establecen ante una obra de arte, pero no puede entrar tal cual en ningún razonamiento, porque no es conceptual, ni relacional, ni más ni menos que no se puede razonar el conocimiento que produce la música o el amor.

¿Es posible entonces una filosofía que parta de la experiencia de sí o paradójicamente, esta experiencia fundacional humana que es la conciencia de sí no podría ser filosofada porque no podría ser razonada?

Será posible entendiendo la filosofía como un razonamiento sobre la parte razonable o relacionable de la realidad, lo que de acuerdo con lo que digo al principio, significa asumir que los relacionamientos sólo se pueden dar sobre los elementos comunes que hayan sido conceptuados en las distintas realidades, en las que por tanto queda un residuo que no puede ser conceptuado ni relacionado, pero sí intuido en su unicidad.

La filosofía ha renunciado de buen grado a querer ser un saber totalizador y se entiende como un saber racional, que pone orden, estudia críticamente y descubre partes de la realidad, a la vez que es consciente de ´los límites inherentes a la misma abstracción, conceptuación y relacionización y que daría pleno paso y reconocimiento al saber intuitivo, estético y amoroso, presidido por la noción de sí mismo.

Por tanto, la filosofía puede estudiar las realidades conceptuables que se van descubriendo a partir de la intuición de sí, aunque no pueda estudiar esta misma.

Puede considerar los elementos estructurales que aparecen en una intuición en la que. al verse uno mismo como sujeto, ve el resto de la realidad, incluso la propia corporalidad, como objeto, sorprendente y externo y hasta ajeno, y maravillarse de la desproporción entre estos dos elementos, estructuralmente equivalentes, la conciencia de mí como sujeto y toda la realidad restante como objeto.

O puede considerar las condiciones en que, objetivamente, esta conciencia de sí aparece o desaparece o incluso, según testimonios místicos, se transparece o transparenta.

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