Filosofía dentro - Kim Pérez

La Lógica estructura toda la Materia, la atrae hacia sus formas puras como su Ley, está por encima de la voluntad humana, que tiene que doblegarse ante ella, es eterna, no es material, es invisible, pero existe con la evidencia del mismo pensamiento racional que la cuestione, en el único argumento ontológico irrefutable; por tanto, la Lógica es Dios, Sentido de toda realidad.

martes, 9 de septiembre de 2008

Descubrimiento, no invención ni revelación




La verdad de la experiencia religiosa es que en ella el hombre descubre el Absoluto. Lo desvela, no lo inventa (Feuerbach), tampoco se le revela, en un monólogo como iniciativa o acción divina, sino en un diálogo en el que las iniciativas de parte y parte se suceden.

En este descubrimiento, al que como acción humana se le aplican las reglas de la crítica y la razón, la noción del absorbente Uno intuida por los hebreos se afianza como condición de coherencia y se mantiene a través de los siglos y se extiende como una promesa.

El hombre lo descubre y el Uno le ayuda en su mente. Después, saltando a otros parajes, llega la noción de la soberanía de la razón que es imposible contradecir sin razonar, del número y la medida como estructura íntima de la materia (Pitágoras, Platón, Galileo, Newton) y de aquí surge la idea de una ley natural, que es la ley racional y que es también la ley del Absoluto para lo que le es Relativo.

La busca de la verdad, la veracidad, la sinceridad, se imponen como las primeras reglas de vida.

El descubrimiento de la transcendencia de la razón sobre la voluntad humana, o de la soberanía de la ley natural sobre nuestros deseos, fue expresado por los hebreos en la alegoría fundamental del árbol de la ciencia del bien y del mal, el único del que no se puede comer, porque las consecuencias siempre serán catastróficas (Nietzsche, Hitler)

Pero, fosilizada por el revelacionismo, la Ley del Uno se oscureció y hasta se desacreditó, dejando una ciudad sin ley que, por la misma transcendencia de la razón y la voluntad, tendrá que recuperarla, sentido de los gritos del revelacionismo coránico.

Pero la ley del Uno es la racional, y la racionalidad se alcanza en libertad y diálogo entre los hombres y entre cada hombre y Uno que lo supera. El Uno unifica la realidad como el Novelista compone su Novela y le da sentido a un Argumento que sólo él sabe.

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