Ángeles y demonios
Me doy cuenta de que la diferencia entre mi filosofía y la dominante en Europa desde el siglo XVIII es que yo la centro y ésta no se centra.
Postulo que la subjetividad absoluta esté en el centro y en el fondo de la subjetividad personal y allí organice las relaciones exactas o matemáticas entre las formas materiales.
Pero el análisis de la subjetividad personal hace ver que no soy sólo consciencia o pasividad estática, sino también fuerza viva, voluntad, palabras que se pueden traducir por espíritu.
Esto es un hecho en mí, accesible a la observación directa, que tiene que ver con los fines de la acción a los que llamaré buenos o malos, según me acerquen o me alejen de la conciencia de la subjetividad absoluta que me transcendería; buenos serían los que me hicieran por lo menos presentirla intuitivamente, en su generosidad, su creatividad, su paradójico amor, tan parecido a la música, y
malos los que me encerrasen en el egoísmo, la desesperación y la crueldad.
Hay que notar que bien y mal serían por tanto relativos a la subjetividad absoluta, al acercarse o alejarse de ella, que por ser absoluta estaría más allá del bien y del mal, pero no a la subjetividad personal, que sería también relativa a la absoluta, y por tanto sometida a la distinción entre el bien y el mal.
Nuestra vida personal es por tanto fuerza que nos lleva hacia el bien o el mal, espíritu que se acerca o se aleja de nuestro fin lógico. Fuerza angélica o demoníaca, realmente existente en la subjetividad personal, sometida continuamente a la opción o decisión libre, según nos dice una vez y otra la experiencia. Podría incluso pensarse que en el angustioso debatirse entre el bien y el mal, nuestra fuerza, nuestro espíritu puede encontrar otras fuerzas buenas o malas que emanarían todas del centro de vida que sería la subjetividad absoluta, no demostrables objetivamente, puesto que serían parte de una subjetividad, pero sí accesibles a la experiencia subjetiva.
Etiquetas: absoluto, ángeles, consciencia, demonios, espíritus, relativo, voluntad
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