Filosofía dentro - Kim Pérez

La Lógica estructura toda la Materia, la atrae hacia sus formas puras como su Ley, está por encima de la voluntad humana, que tiene que doblegarse ante ella, es eterna, no es material, es invisible, pero existe con la evidencia del mismo pensamiento racional que la cuestione, en el único argumento ontológico irrefutable; por tanto, la Lógica es Dios, Sentido de toda realidad.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Criticismo frente a fanatismo





El horror del fanatismo es una experiencia que nos obliga a volver al criticismo como núcleo de nuesta cultura.

Es anterior cronológicamente e incluso lógicamente al racionalismo; lo formuló en el siglo VIII antes de Cristo, Hesíodo, cuando dijo que las Musas se le habían aparecido, diciéndole: “Nosotras sabemos decir mentiras que parecen verdades y verdades que parecen mentiras”, obligándonos así al discernimiento. Los filósofos racionalistas llegaron después.

El criticismo es la busca de la verdad y su separación del error y punto. La actitud crítica es la criba constante de las propias suposiciones y de las afirmaciones ajenas. No es la duda metódica, porque no pretende negar, sino afirmar con más fundamento.

En este sentido, no es antirreligioso, sino suprarreligioso. Toma en consideración las experiencias y las afirmaciones religiosas y no las niega por principio, sino que las somete a crítica o cribado, buscando la verdad en ellas y separándola del error que pueda haber.

En el deseo de la verdad, la actitud crítica encuentra algunas verdades de valor más que religioso. La primera es el propio amor por la verdad. La segunda, es el hecho de la soberanía de la razón, porque la experiencia común muestra que tenemos que obedecer a la razón, queramos o no queramos, porque desobedecerla nos lleva al desastre.

También, en un paso más, la ciencia nos hace ver que la realidad está construida conforme a una razón prehumana y aun una razón matemática. Pero la diferencia entre el criticismo y el no criticismo consiste en que estas afirmaciones quedan abiertas.

Duda instrumental con la que se va encontrando la verdad, pero se reconoce que es una verdad provisional. El crítico considera todas las formulaciones humanas de la verdad como sujetas a revisión y no identifica la formulación de la verdad con la verdad. Pero puede aceptar ciertas formulaciones como suficientemente sólidas mientras no se demuestre lo contrario.

Puede aceptar así afirmaciones religiosas, examinándolas. El paso de Moisés o Jesús por la tierra o la misión de Mahoma se pueden examinar históricamente, y juzgar su significado y su contenido. El criticismo no niega en principio a Moisés, ni a Buda, ni a Jesús, ni a Mahoma, pero no se entrega a ellos incondicionalmente, porque no se puede pedir humanamente ninguna entrega absoluta a ningunas palabras pronunciadas por boca humana.

Jesús tenía en cuenta los derechos de la crítica al ofrecer sus milagros como pruebas para quienes dudasen. Si prefería a los que no dudaban, era porque sentía el valor de la intuición, pero eso no quita valor a quienes revisan incluso sus propias intuiciones religiosas (Santa Teresa de Jesús)

Una vez que se ha aprendido el valor de la crítica, no se puede renunciar a ella, como no se puede renunciar al uso de la razón. Es posible aprender de las palabras proféticas, a la vez que se las somete continuamente a la criba de la verdad y el error.

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