La Ley de la Lógica
El principio antropocéntrico lleva al egocentrismo y éste al hedonismo. En nuestro modo de vida, el ansia de placer es el principio supremo, del que se piensa que deriva el derecho a conseguirlo a cualquier precio.
Pero hay otro principio que se opone a esta catástrofe. Hay algo superior al hombre, que el hombre no puede cambiar. La Lógica gobierna la realidad, como se puede constatar en la estructura matemática de la materia, en la técnica o en las exigencias de la economía, hasta el punto de que necesitamos respetarla para sobrevivir.
Esta primacía rebate el antropocentrismo. La realidad es logocéntrica y el hombre tiene que someterse a la Lógica.
Existe el deber de una conducta racional puesto que es posible una conducta irracional.
Pero la Lógica pone una ley por encima del hombre, porque no es posible alterarla ni transgredirla sin sufrir las consecuencias.
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