Filosofía dentro - Kim Pérez

La Lógica estructura toda la Materia, la atrae hacia sus formas puras como su Ley, está por encima de la voluntad humana, que tiene que doblegarse ante ella, es eterna, no es material, es invisible, pero existe con la evidencia del mismo pensamiento racional que la cuestione, en el único argumento ontológico irrefutable; por tanto, la Lógica es Dios, Sentido de toda realidad.

viernes, 30 de abril de 2010

Observaciones sobre este mundo





La lectura de escritos de un escéptico como Russell tiene sobre mi un efecto estimulante, en el sentido de neuroestimulante, casi psicotrópico. Incluso mi estilo mejora. Veo el mundo el que estoy, de pronto, como un enigma ancho y horizontal, poblado por los fantasmas de quienes he oído hablar, Dios, Jesucristo... Me pregunto: ¿Qué he descubierto sobre este mundo en casi setenta años de vida? Me respondo: Poco, es decir, algo. Pienso. La existencia de la Lógica, o de las Matemáticas. Que está hecho conforme a las Matemáticas. Lo demuestra la apabullante utilidad de la Física y su técnica. Junto a esto, que no sea matemático entero, perfecto, exacto. Que la realidad sea en parte extralógica. Todo, un misterio enorme. Como el mundo no es enteramente lógico, carece de sentido razonar deductivamente sobre él. Sólo se lo puede observar. ¿Qué más observo?

¡Miremos con atención!

Que nos encontramos a nosotros mismos aquí, al margen de nuestra voluntad. Que tenemos que comprender este extraño e inmenso artefacto.

Lo unifica su orden lógico; un orden sobre el universo, y distinto del universo, por ser eterno e inmaterial, debe de ser divino, pero este orden es de fauces y dolor, pese a algunos momentos de éxtasis, por lo que este universo parece más bien un infierno. Como además, los seres vivos sometidos a este orden lógico, no estamos aquí por una decisión nuestra, y no sabemos salir de aquí, podemos deducir más precisamente que hemos caído en una prisión.

En la que pueden caer sobre nosotros, arbitrariamente, todas las torturas imaginables y las no imaginables (Léanse los periódicos, para ver con horror una parte de lo que puede golpearnos)

La condición de estar en este mundo es que te pueden venir encima dolores corporales insoportables y a veces sufridos durante muchos años, angustias que sólo imaginarlas produce fobia, penas espantosas para arrastrarlas toda la vida. A cada minuto caen, como una lluvia de plomo fundido, sobre alguno de nosotros.

Aquí hay alegrías, pasiones destellantes, pero pasajeras. Todo es imperfecto, todo fracasa. Todo muere. Yo seré derrotada y así me iré. Aunque quizá la muerte, que viene sola y alcanza a todos, sea la manera más común de escapar de aquí. Una manera. El sentido de la vida.

También podemos observar los sentimientos de quienes nos encontramos en esta cárcel. Sufrimiento por tanto fracaso. A lo mejor, un solo de trompeta que le da forma.

Podemos sentir amor por quienes son arrancados de nuestro lado. O compasión por cuantos hemos caído aquí. Sólo parece haber compasión en el corazón de algunos hombres. Solidaridad en el camino hacia la muerte o en la fuga. Este universo tan grande y tan tonto puede desesperarnos, la inmensa dispersión de sus temas puede fascinarnos, pero acaba por fatigarnos.

Somos fantasmas hambrientos de algo que no está en él. Lo vemos con el pensamiento, es un sentimiento, un ansia, una esperanza.

Si la matemática es una realidad que está sobre el universo físico, pero que no es el universo físico, existe por lo menos un ámbito que está fuera de sus leyes despiadadas. ¿Es la del carcelero?

Esperamos que sea la de nuestro amor, las Pléyades verdaderas que brillan en la noche por encima de sus muros. Las Pléyades imaginadas, no las materiales, que también están dentro de ellos.

La realidad es más que este universo. Éste es una cárcel, porque tiene muros, límites, y fuera de ellos hay con seguridad otra cosa, que no muere, no está sujeta a la Segunda Ley de la Termodinámica, la de la entropía, porque es esa misma ley.

Tenemos hambre porque hemos empezado un razonamiento y no sabemos acabarlo. Lo que hay es eterno e inmaterial, lógico. Nuestro sentimiento lo percibe como hermoso, acabado, unificador de la mente, que puede descansar en esta visión de Todo en Uno y no dispersarse.

Explicador de sí y del universo mortal, de toda la realidad, de la Novela cuyo argumento incógnito es la relación entre el Novelista, la Matemática, la Física y el Observador. Está en la compasión, la pureza, la santidad. No en lo que rige nuestro cuerpo, sino en lo que rige nuestra mente.

2 comentarios:

A las 5 de mayo de 2010, 14:23 , Anonymous Basilio Pozo-Durán ha dicho...

"Somos fantasmas hambrientos de algo que no está en él."

peor es no tener hambre y seguir estando en él

buscamos respuestas porque sabemos que la verdadera respuesta es que no hay respuesta; preferimos el miedo y las fantasmagorías al ejercicio de libertad de aceptar que la no-respuesta es la única certeza que nos acompañará

no es eternidad, es un "mientras tanto", un "vivir en el mientras", un ser llegando a ser

gracias por compartir tus reflexiones ;-)

 
A las 8 de mayo de 2010, 13:11 , Blogger Kim Pérez ha dicho...

Estimado Basilio,

Los humanos no podemos rendirnos nunca ante ninguna no-certeza. En el fondo, no lo hemos hecho. Nuestra naturaleza es preguntarnos siempre.

Otra cosa es que tengamos que aceptar provisionalmente que estemos siendo derrotados en el curso de nuestras vidas concretas y limitadas.

Aun así, sabiendo que podemos contar con la certeza racional y con la intuitiva ¿podría llegar ésta, en el momento que menos nos podamos figurar?

Es verdad que con lo que no podemos conformarnos es con falsas certezas.

¡Y muchas gracias también por compartir tus pensamientos, algo tan poco usual!

Kim

 

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