Filosofía dentro - Kim Pérez

La Lógica estructura toda la Materia, la atrae hacia sus formas puras como su Ley, está por encima de la voluntad humana, que tiene que doblegarse ante ella, es eterna, no es material, es invisible, pero existe con la evidencia del mismo pensamiento racional que la cuestione, en el único argumento ontológico irrefutable; por tanto, la Lógica es Dios, Sentido de toda realidad.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Exigua filosofía



Los conocimientos que ha alcanzado la Filosofía son fundamentales, pero tan pocos, que se pueden enumerar en una página o dos.

Quienes los hallaron, deslumbrados, escribieron con frecuencia largas obras que no son más que variaciones sobre el mismo tema.

Y llegaron a ellos a veces separados por miles de años.

El conjunto de la Filosofía da al aprendiz la impresión desalentadora de una discrepancia generalizada. Nada más lejos de la verdad, porque los hallazgos fundamentales lo son tanto, que son seguidos de hecho por todos los pensadores posteriores.

Dada la necesidad de una conciencia filosófica sólida en este tiempo en que otras convicciones flaquean o son sustituidas por meros fanatismos, es importante exponer, en las menos palabras que sea posible, este eje de oro, para formar sobre su simplicidad personas que estén a la altura de nuestra cultura.



PRIMER HALLAZGO: LA CRÍTICA

La Filosofía empieza por una narración autobiográfica del siglo VIIIaC: El joven Hesíodo cuidaba rebaños en el Monte Helicón, donde según la tradición vivían las Nueve Musas; ansiaba verlas, pero nunca las vio. Ya adulto, decidió contar la siguiente historia:

Se le habían aparecido. Y riéndose de él, le dijeron: “¡Pastores! ¡Brutos! ¡Ignorantes! ¡Nosotras sabemos decir mentiras que parecen verdades y verdades que parecen mentiras!”

Y a partir de estas dos líneas, cuenta en la "Teogonía" los orígenes del mundo y de los dioses.

Quien la leyera, recordaría la broma del principio. Y así se fundó la Crítica, o discernimiento, o criba de la verdad y el error.


DOSCIENTOS AÑOS DESPUÉS SE LLEGÓ AL SEGUNDO HALLAZGO: LA RAZÓN

En el siglo VIaC, Pitágoras el Samio convirtió la Agrimensura, práctica, en Geometría, teoría, mediante la abstracción, formulando el primer Teorema.

La abstracción es una operación de la mente que busca elementos comunes en las diversas realidades, forma conceptos o nombres comunes cuando los encuentra, y los relaciona después entre sí.

Descubre así la Relación, otro nombre de la Razón. En un sistema de relaciones, a una afirmación le sigue necesariamente otra, de manera que la verdad y el error están perfectamente determinados y, partiendo de lo conocido, se puede llegar con seguridad a lo desconocido.

Con la Razón tuvimos la herramienta adecuada para ejercer la Crítica y discernir la verdad del error.


PERO QUEDA UNA PUERTA ABIERTA A LA VERDAD QUE NUESTRA FILOSOFÍA NO HA CONSIDERADO APENAS: LA INTUICIÓN

La Razón no es nuestra única forma de conocer, sino que también contamos con la Intuición

El razonamiento es gradual, empieza por conceptos, los une en proposiciones y a éstas en silogismos y a éstos en teorías.

Es repetible por todos y por tanto objetivo, pero tiene el inconveniente de que ve sólo lo que hay de común en cada ser con otros y no ve lo que hay en él de único ni su misma unidad.

Pero junto a la Razón existe la Intuición que percibe los seres en su unidad y su unicidad, los siente en un solo momento, es de por sí incomunicable y subjetiva, y sin embargo es también un conocimiento fundamental para nuestra vida.

Porque la Intuición funda los sentimientos, el deseo y el Arte.

AL MISMO TIEMPO LLEGÓ EL TERCER HALLAZGO, PERO SE COMPROBÓ SÓLO DOS MIL DOSCIENTOS AÑOS DESPUÉS: LA NATURALEZA ES RACIONAL


La Razón no sólo es una manera de pensar, sino que la Materia está hecha conforme a la Razón.

Lo descubrió también Pitágoras el Samio, cuando al estudiar la Música comprendió que los intervalos y la armonía siguen pautas matemáticas y pasó de ahí a postular que todo es Matemáticas.

Dos mil doscientos años después, en el siglo XVIIdC, la gran hipótesis se confirmó después de que Galileo Galilei volviera al postulado de que la Naturaleza entera está organizada matemáticamente, cuando Kepler formuló con cifras las leyes del movimiento de los planetas y Newton enunció la segunda fórmula matemática que mide un hecho físico natural, la gravedad.

La Física ha avanzado arrolladoramente sobre este supuesto, y con ella la Técnica.

PERO LA FILOSOFÍA GRIEGA NO ABRIÓ SIQUIERA UNA PUERTA QUE QUEDÓ ABIERTA EN LA INDIA: EL DOLOR

Siddharta Gautama formuló también en el siglo VI el concepto de que el Dolor es una parte central de la existencia, y fundó sobre él los dos conceptos y la práctica de la Compasión y la Liberación.

La importancia de estos conceptos y estas prácticas sólo la puede medir quien sufre.

El Dolor puede ser la forma más frecuente de percibir el Infinito, su lado terrible e insaciable.

Sorprendentemente, nuestra Filosofía ha permanecido ajena a ellos. Sólo Schopenhauer los mencionó en el siglo XIX, pero casi nadie le siguió.

La Medicina se puede considerar una práctica de Compasión. Marx propuso una práctica de Liberación social.


OCHOCIENTOS AÑOS DESPUÉS DE PITÁGORAS SE ABRIÓ OTRA PUERTA POR LA QUE LA FILOSOFÍA APENAS HA ENTRADO: EL UNO


El Uno es una intuición. Yo la tuve con unos ocho o nueve años. Una tarde, de pronto, quería encontrar con vehemencia uno que valiera por todo, algo en lo que pudiera descansar mi pensamiento y mis sentimientos sin que se dispersaran.

Plotino, en el siglo III dC, dio el nombre del Uno a la experiencia mística, formulada como “Todo es Uno” o mejor “Todo está en Uno”.

Mil cuatrocientos años después, mi quizá pariente Spinoza lo recuperó en la noción de “Deus sive Natura”, en la que todos los seres dispersos se reconocen en una única substancia.

Sin embargo, la filosofía europea ha desperdiciado en general este descubrimiento.


AL MISMO TIEMPO QUE SE COMPROBABA LA RACIONALIDAD DE LA MATERIA, LLEGÓ EL CUARTO HALLAZGO: SUJETO Y OBJETO

La primera vez que sonó en la filosofía la palabra “yo” fue en el siglo XVI (Gómez Pereira: “quidquid scit, es; ergo ego sum”) desenvolviéndose en el XVII (Descartes: “cogito, ergo sum”) con el par lógico de nociones “res cogitans” versus “res extensa”, equivalente al de sujeto versus objeto.

Pero el sujeto no ha sido observado en la Flosofía europea con suficiente atención: no se ha estudiado apenas una anatomía del sujeto, que lo defina con mayor profundidad y enumere al menos sus sorprendentes propiedades:

El sujeto se conoce por una intuición o experiencia que permite descubrir que “yo soy yo”, traducible, aproximadamente, como: “yo (sujeto) soy yo (objeto)”

La objetividad del yo se expresa en un “aquí y ahora”. Esta conciencia crea un espacio interior en el que veo que “yo estoy dentro de mí”, “yo sé”, “yo siento”, “yo quiero”, “yo decido”, “yo hago”, “yo sufro”.

Esta intuición tiene algunas propiedades insólitas:

=A. Yo (sujeto) soy siempre quien habla. No se puede hablar de mí, excepto bajo la forma de Yo (objeto)
=B. Yo es mi nombre; no es un pronombre; sólo yo lo digo con el significado con que yo lo digo.
=C. Yo (sujeto) no tengo adjetivos, soy sólo conoscencia, consciencia, acto del pensamiento.
=D. Divido la realidad en dos partes desproporcionadas: yo (sujeto) frente al resto del Universo, que es mi objeto.
=E. Me separo de mi corporalidad que me produce extrañeza.
=F. Soy una realidad única; nadie más dice “yo” significando lo que yo digo.
=G. Esta realidad única y preciosa es objetivamente muy efímera: generalmente, menos de 100 entre miles de millonea de años.
=H. Soy inobservable desde fuera, sólo yo (sujeto) puedo observar mi reflejo como yo (objeto)
=I. Como tal intuición, no es necesariamente una experiencia de todos los humanos.
=G. Yo soy el hogar del Dolor, del que quisiera escapar y a menudo no sé.

Las inferencias antropológicas, cosmológicas, éticas y políticas de estas propiedades empíricas son muy vastas.

DOSCIENTOS AÑOS DESPUÉS SURGIÓ OTRO HALLAZGO: LA ESTRUCTURA SOCIAL

Entre numerosos errores, Karl Marx descubrió una relación que explica la historia de estos descubrimientos: la de la infraestructura tecnoeconómica con la superestructura política, ideológica y moral.

Esta estructura puede explicar incluso por qué algunas de las puertas abiertas no han sido franqueadas: porque no han sido necesarias en la escala de masas.

La estructura social puede considerarse como un método de análisis social que hoy usan todos, marxistas y no marxistas, como una crítica de las condiciones del razonamiento y como una guía de la acción social y política.

Reúne por tanto los caracteres de un hallazgo fundamental.

QUEDA OTRA PUERTA APENAS ABIERTA: EL SENTIDO

Desde los tiempos de Marx, y su error al absolutizar la lucha de clases como dadora de sentido, parece que la filosofía ha renunciado a buscar cualquier sentido a la existencia.

Sin embargo, esta cuestión puede abordarse a partir del sentido del lenguaje. Hablamos porque tiene sentido hablar, y esperamos decir palabras con sentido y oirlas que lo tengan.

¿Cuál es el sentido del lenguaje? Lo tiene cuando en el momento inicial uno de los interlocutores no sabe algo y en el momento final lo sabe. Es una cuestión de menos a más conocimiento.

Como más en general, lo específico de una vida humana es el conocimiento, parece que el sentido de una vida humana es pasar de menos conocimiento a más.

RESUMEN

Es verdad que la Critica (libertad de pensamiento), el uso de la Razón, la racionalidad de la Materia, la división de la realidad en Sujeto y Objeto, y el conocimiento de la Estructura Social, fundan suficientemente una Filosofía.

Llevan a una manera de vivir, una Ética y hasta una Política.

Y son, literalmente, cinco conceptos.

Sin embargo, es también verdad que debe entrarse por las puertas aún no usadas: por la centralidad del Dolor, por la valoración de la Intuición, por el Saber Unificado, por la profundización del Sujeto, por la persecución del Sentido.

Esto es parte del camino que queda por delante a la Filosofía.

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