Filosofía dentro - Kim Pérez

La Lógica estructura toda la Materia, la atrae hacia sus formas puras como su Ley, está por encima de la voluntad humana, que tiene que doblegarse ante ella, es eterna, no es material, es invisible, pero existe con la evidencia del mismo pensamiento racional que la cuestione, en el único argumento ontológico irrefutable; por tanto, la Lógica es Dios, Sentido de toda realidad.

domingo, 6 de junio de 2010

No es cosa de fuera, sino de dentro




Las cuestiones planteadas en esta entrada de los días 5, 7, 8 y 9 están respondidas en la del día 9

Al pensar que el Universo es un manantial de dolor, se desvanece cualquier deseo de alabar a un Dios que lo haya creado. La discrepancia con el teísmo de Israel se presenta en las palabras: "Y vio Dios que todo era bueno". No, no es bueno un Universo en el que la vida animal tiene que destruir otra vida, de donde vienen daños y terrores.

Si excluimos un Creador alabable, tenemos que encontrar otros modelos para entender el lugar en donde estamos. Más que iglesias de alabanza, hay que formar asociaciones de víctimas del Universo, pues la única piedad que encontramos en él es la solidaridad humana, que tampoco llega muy lejos.

Y estudiando las condiciones básicas de nuestra existencia, descubrimos algunas realidades que tenemos que constatar para entender el conjunto. Una de ellas es que somos subjetividades sensibles, es decir, centros nerviosos que podemos experimentar el dolor que nos inflige de mil maneras la objetividad. Esta condición la compartimos con los animales.

Otra, es que somos subjetividades conscientes, que podemos formar conceptos o representaciones mentales de nuestra subjetividad y de toda objetividad, lo que nos permite representarnos lo que pasa y lo que puede pasar.

La tercera, que nuestra subjetividad consciente, a veces complacida, pero más dolorida, quiere entender lo que pasa, viéndole sentido, con lo que entramos en el pensamiento deseante.

Este sentido tendría que rehusar la sensación de extrañeza de vernos como subjetividades conscientes ante una objetividad implacable, un infierno muchas veces. ¿Es posible escapar de él, entendiendo cómo entrar en una realidad superior que también calmara al resto de animales que sufren dolor y miedo sin entenderlos?

No sé cómo; la verdad es que estamos bastante atrapados. Algunos se ensimisman, y dicen haber encontrado un mundo ensimismado o espiritual, pero que en él sigue habiendo miedo y dolor, incluso hipertrofiado, el infierno en sentido propio, con lo que no habríamos adelantado nada o habríamos retrocedido ("dolor eterno")

Otros creen haber superado las distinciones como yo/ello o gozo/dolor, pero ese mundo visto desde fuera no deja de ser ensimismado y no encuentran la manera de ponerlo al alcance de todos, comprendidos los animales.

De momento, no nos queda más que la práctica de la compasión universal, por todas las subjetividades y la solidaridad militante frente a esa objetividad incomprensible, tal como la realizan los médicos, veterinarios, psicólogos, etc Un hospital es el lugar más santo que conocemos.

Puestos a ello, puede ser que algunas subjetividades, no todas por desgracia, se pongan a hacer por sí mismas ese mundo soñado, bajo un modelo de pureza Un mundo en el que exista la pureza, amor, sacrificio, valentía, hermosura, música, rectitud, honradez, veracidad (todo lo que conocemos cuando falta)

Al hacerlo, las subjetividades estaremos de hecho saliéndonos de esta objetividad dura, aunque sólo sea durante un rato y en la medida en que esté a nuestro alcance perseverar en lo que respetamos.

Se puede decir que estamos creando un Dios moral, distinto de esta objetividad brutal, que estará dentro de nosotros y no fuera, por lo que a lo peor se extinguirá con nosotros, pero se recreará cada vez que una subjetividad consciente se enfrente con el dolor, por lo que a lo mejor es cosa de la misma arquitectura de la realidad.

Nos encontramos así con un enfrentamiento radical entre subjetividad y objetividad, que parece referirse a una diferencia transcendental entre ambas realidades, que forma parte sin embargo de nuestra experiencia diaria: "Yo frente al mundo", es su expresión intuitiva. En este enfrentamiento, asombra la desproporción en términos objetivos: yo soy casi nada en relación con la objetividad, que es el universo. Aunque los términos subjetivos reequilibran la situación: yo soy lo primero para mí. Es verdad que la subjetividad puede anularse con una simple pastilla, pongo por caso, pero llegamos así otra vez al planteamiento más fundamental de la experiencia subjetiva: ¿Será toda la objetividad una función de la subjetividad? ¿Serán formas que el pensamiento va creando?

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