Filosofía dentro - Kim Pérez

La Lógica estructura toda la Materia, la atrae hacia sus formas puras como su Ley, está por encima de la voluntad humana, que tiene que doblegarse ante ella, es eterna, no es material, es invisible, pero existe con la evidencia del mismo pensamiento racional que la cuestione, en el único argumento ontológico irrefutable; por tanto, la Lógica es Dios, Sentido de toda realidad.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Lo fundamental



Necesito lo fundamental, que es verme como una conciencia rodeada de circunstancias. Esto significa que soy sujeto, visto desde dentro, y todo lo demás es objeto, visto desde fuera, el universo entero, que soy incluso distinta de mi cuerpo, y que éste puede pesarme, desobedecerme o hasta hacerme la guerra con las armas del dolor, como lo vemos en particular los enfermos, los feos o los viejos.

Todo lo demás en que pueda poner mi mente es más superficial y me enajena y distrae inmediatamente de lo más profundo.

Además, parece que todos los hechos de mi vida me ponen ahora en este lugar.

Mi formación católica me enseñó a formar con el examen de conciencia un espacio interior.

Mis problemas de identidad fueron mi manera de sentir que yo soy distinto de mi cuerpo.

Incluso al descubrir que mi identidad es ambigua, como lo ambiguo puede serlo casi todo y no es nada de diferente, se desvanece mi preocupación por la identidad.

Al estar retirada, puedo despreocuparme de las avasalladoras preocupaciones por ganarme la vida y cumplir con mis obligaciones. Sólo tengo que esperar que la pensión fluya tranquilamente a cambio de nada.

Puedo vivir centrando mi mente en que yo soy yo, distinto de cuanto me rodea.

(A partir de esta entrada puedo unificar mis dos blogs más centrales, que son http://filosofiadentro.blogspot.com y http://outgender.blogspot.com)

domingo, 22 de noviembre de 2009

Espacio interior




Mientras que la ex-istencia de Dios, ob-jetivamente (puesto frente a mí, fuera de mí) es inverificable, la esperanza de hallarlo se puede poner en el espacio interior de cada persona.

Una ligera enfermedad, un malestar durante varios días, con el correlativo hundimiento y falta de fuerzas, me ha hecho ver que no estoy para pensar en la objetividad de Dios, que me cansa pensar en una realidad tan discutible.

Sin embargo, de manera natural, se mantenía el sentimiento de que yo, mi pensamiento, era distinto de esta materia que me envolvía y me hacía sufrir, un cuerpo, un mundo.

Yo frente al Universo, es la conclusión, y esta desproporción hace preguntarse por la verdadera naturaleza de la subjetividad, que puede ser única, Yo profundo que enseñan los vedantistas.

Entendido como mente, es cierto que mi mente no es de mi cuerpo; quizá la provoque mi cuerpo, pero ella no es consciente del funcionamiento detallado de mis pulmones, de mi estómago, de mi páncreas, de los procesos de la respiración, la digestión, etcétera

Tiene conciencia de sí y del mundo exterior, y una conciencia general del mal funcionamiento de esos órganos, cuando se produce; pero no es la conciencia de mi cuerpo, sino una conciencia en mi cuerpo.

Lo mismo se puede decir de la mente de los animales, aunque posiblemente esté privada del conocimiento de sí misma. Es una mente en su cuerpo, no una mente de su cuerpo.

Éste es sin duda el fundamento de la convicción de que yo no soy mi cuerpo.