La cápsula de los sentidos

Los sentidos hacen compañia con sus representaciones en mi interior.

Pero si sólo cuento con ellos, me encierran en mi cuerpo.

Porque para los sentidos ajenos es inaccesible directamente mi interior, del que sólo pueden saber por las referencias que yo les dé

y porque yo misma no puedo comunicar del todo mis sensaciones y sentimientos, que parecen quedarse encerrados en mí.

Para saber si puedo escapar de este encierro debo saber qué ocurre cuando la mente está en estado de privación sensorial.

Una experiencia de privación sensorial es cotidiana: es el sueño; ¿nos limitamos en él a recordar lo percibido por los sentidos, con otras configuraciones?

¿O se abren nuestras limitaciones corporales y estamos libres?

¿Si nos liberamos de los sentidos y del cuerpo, entramos en la Inmortalidad? ¿Se explica así que podamos ver el futuro en los sueños premonitorios?

¿Podemos salir de la cápsula sensorial en estado de consciencia? ¿Es esto la experiencia mística?

Yo soy yo

Lo pasmoso no es pensar que yo sea yo, en abstracto, sino que yo sea este yo que está aquí, lescribiendo o leyendo ahora mismo esta línea.

No he estado aquí durante miles de milenios y pronto no estaré en este mundo durante otros miles de milenios, pero ahora estoy.

Esto me hace único y excepcional.

Sólo yo soy este yo.

Yo vivo, yo siento, yo pienso, yo hago. Este sujeto concreto de varios verbos.

Distinto de todos los otros seres que dicen yo.

Yo es mi nombre propio, no un pronombre de significados sustituibles.

Fijado en este cuerpo/posición del espacio/tiempo del que no sé cómo salir sin destruirlo.

Parece desproporcionado que me haya tocado existir entre miriadas de seres y que sólo yo sea yo.

Algo tan grande y tan excepcional en un cuerpo tan chico.

Más natural sería que yo me expresara simultáneamente en todas las locaciones, aunque sea inconsciente de las otras.