Razón e intuición
En teoría del conocimiento parto de que hay dos modos de conocimiento: la razón y la intuición.
La razón funciona abstrayendo los elementos comunes que hay en los distintos objetos del conocimiento. Cada vez que encuentra un elemento común, forma un concepto; los conceptos se relacionan y esta relación es la razón.
Puesto que la razón toma sólo los elementos comunes entre los diversos objetos, habrá siempre una parte en ellos, justamente la que los hace singulares, que será inaccesible a la razón.
Por eso, la razón analiza y generaliza; el razonamiento es gradual y plenamente comunicable.
La intuición en cambio ve cada objeto en su singularidad y entero, percibiéndolo como único y distinto de los demás objetos. Al comprender que hay un conocimiento intuitivo, se entiende la diferencia entre el conocimiento racional y el estético o el afectivo, que son un modo de conocimiento que no se puede razonar.
La intuición no es generalizadora, sino singularizadora, y no es comunicable. O se percibe intuitivamente o no se percibe.
La percepción del yo es una intuición en la que conozco mi singularidad, mi diferencia de lo que no es yo, y lo mismo se puede decir de la del tú, distinto de todos y de mí.
Hay un objeto del conocimiento que se percibe por intuición: lo sagrado. Hecho transcendente respecto a otros hechos, separado.